Pronto hará diez años que me casé. Tenemos dos hijos maravillosos. Todo parece perfecto, pero mi suegra sigue sin dejarnos en paz Y me parece que cada año va a peor.
Últimamente, tengo la sensación de que mi suegra me vigila constantemente y espera algo. Nunca me avisa de su visita y siempre aparece de repente. Pero la madre de mi marido viene de otra ciudad, el viaje dura más de dos horas. Y si llega, pero no estamos en casa, la mujer nos hace sentir fácilmente culpables por no haber quedado con su madre.
Tengo que explicarle adónde he ido desde casa. Intenta venir cuando su hijo está trabajando. Parece que mi suegra empieza a sufrir paranoia. A menudo oigo que no soy como a ella le gustaría que fuera. Mi maquillaje es incorrecto, los platos no están apilados como deberían. No le gusto en todo. Mi familia es demasiado sencilla para ella. En pocas palabras, se imaginaba a otra persona al lado de su guapo hijo.
Estoy tan cansada de sus reproches que no sé cómo comportarme. Mi marido solía salir con alguien tan apasionada. Ella se dedicaba a algún tipo de negocio. Siempre estaba en el desfile y conducía un coche extranjero. Aunque tenía un poco de sobrepeso (no era perfecta en todos los sentidos, y me alegra admitirlo).
Estuvieron juntos muy poco. Solo unos meses. No pedí detalles, pero algo no funcionó entre ellos. Ni siquiera siguieron siendo amigos. Pero mi suegra sigue convencida de que esta mujer es perfecta para su hijo. Al fin y al cabo, ya se lo ha proporcionado todo. Y con alguien como yo, él tiene que ganar para su familia por su cuenta. Resultó que era mejor conseguir enseguida una esposa con coche que ganárselo.
Además, tenemos una hipoteca que pagar. No le satisface que su hijo se haya trasladado a una gran ciudad donde sus hijos pueden recibir una buena educación y encontrar trabajo, ni que viva con la mujer que ama, no con un coche extranjero. “Últimamente, no he podido comunicarme con ella en absoluto. No puedo resistirme a contarle lo que se ha acumulado a lo largo de los años. Y nuestra relación ya es tensa. No quiero echarlas a perder.