Mi hijo llevaba mucho tiempo saliendo con una chica. Decidió casarse y me hizo una petición. Me pidió que vivieran juntos en nuestra casa durante un tiempo hasta que ahorraran una cierta cantidad de dinero para un piso de alquiler. Acepté. Los dos son jóvenes, sus sueldos son bajos y yo vivo sola en un piso de tres habitaciones. ¿Por qué no ayudar a mi hijo?
Todo habría ido bien si mi nuera no hubiera resultado ser tan mala ama de casa. O para ser más precisos, una muy mala anfitriona. Probablemente, nunca ha oído hablar de la limpieza. Hace poco me pasé una hora limpiando su cocina, e incluso llegué tarde al trabajo por culpa de ello. No puedo imaginarme cómo deja semejante desorden y sigue tranquilamente a lo suyo. ¿Por qué no puede limpiar lo que ensucia? Llevo enseñando a mi hijo desde pequeño que hay que mantener las cosas ordenadas. ¿Cómo pudo gustarle a mi hijo una chica así? Está acostumbrado a la limpieza y al orden. Y aquí es un desastre.
Puede pasearse fácilmente con el pelo sucio durante toda una semana. ¿Para qué sirve esto? A veces me avergüenzo de ella. Tiene todo lo que necesita para llevar una vida cómoda. Nunca intento entrometerme en su vida. Y le he dicho muchas veces que puede sentirse como en casa.
Cuando empieza a cocinar algo en la cocina, sigo el proceso. Por ejemplo, ayer intentó hacer albóndigas para cenar. Las puso en el fuego y se fue a su habitación. Escucho y oigo que sale agua de la sartén. El resultado es que toda la cocina y el suelo están cubiertos de agua. Llamo a su puerta y le digo: “Te has olvidado las albóndigas ahí, el agua se está escapando. No deberías dejar nada al fuego sin vigilancia”. Y aunque se lo digo muy tranquilamente y sin rechistar, me mira con desgana y se va a la cocina.
Esperaba que limpiara lo que había ensuciado. Pero cuando entré, vi que todo estaba sucio y que no había limpiado nada. Cuando la regañé, se ofendió. Quería hablar con ella tranquilamente y explicarle que tenía que vivir en un piso limpio. Decidí no hacerlo por ahora. Pero, francamente, estoy harta de ver tanto desorden en casa y de tener que limpiar siempre lo que ensucia. Ya es mayorcita y debería entenderlo por sí misma.
Respeto la elección de mi hijo, pero quiero hacerle entender que vive en mi piso, así que tendrá que seguir las normas básicas de limpieza. No necesito nada más de ella. Estaré encantada de ayudarla si necesita algún consejo, pero tiene que entenderlo por sí misma. Ya estoy al límite.
¿Qué harías tú en una situación así?