Author: Carmen Fernández
— Vosotros tenéis más dinero que Carmen, así que vuestros regalos deberían ser más acordes — murmuró

No hay lugar para ella en mi vida, y nunca lo habrá. Amé de verdad… Hoy decido contar mi historia.

Para ella no hay lugar en mi vida, y nunca lo habrá. Amé de verdad… Hoy he decidido contar mi historia.

María estaba agotada. Llevaba seis años sola desde que su esposo la dejó. Su hija se casó hace un año

En la salida del metro, al lado de la letra “M”, una mujer vendía cachorros. En un cartón

Lo miraron a los ojos y le dijeron: ¡No queremos una nuera indigente! Tengo 57 años, no tengo familia

– ¿Dónde pensáis ir? Nosotros hemos venido a visitaros – replicó la cuñada con las manos

— ¿Dónde pensáis ir? Hemos venido de visita, — dijo con las manos en las caderas su cuñada.

A veces Ana se detenía. Se quedaba inmóvil en un punto, luego se daba la vuelta bruscamente y miraba

Déjame ir A veces, Carmen se detenía. Se quedaba quieta en un lugar, luego se giraba bruscamente y miraba
