Author: Carmen Fernández
Los niños de la calle de la Plaza Mayor nos hacíamos llamar los guardianes del patio. Cuando aparecía

Alicia está al pie de la cama del hospital, observando cómo su marido, Manuel, permanece en coma desde

En aquel tiempo, cuando los días aún parecían largos y la vida una melodía sin fin, la abuela Carmen

¿Te imaginas que le haya quitado a mi suegra la copia de las llaves después de encontrarla dormida en mi cama?

Querido diario, Hace ya un mes que llegué al hogar de menores de Madrid. Todo empezó cuando falleció

Dejé de plancharle las camisas a Sergio cuando, después de una tarde de discusiones, me soltó que mi

¡Mira, ahí va otra, y ya se marcha al trabajo!, se rió una vecina, con la voz tan baja que parecía un

Llevo tres noches en vela. La culpa me devora como una bestia hambrienta, sin dejarme un momento de paz.

No me voy a ir a ningún sitio susurró la mujer con voz temblorosa. Este es mi hogar y no lo abandonaré.

Querido diario, Hoy he vuelto a vivir el extraño déjà vu de los que se repiten una y otra vez en los










