El presentimiento Yo vivía en un bloque de hormigón de nueve plantas, cuyas paredes eran tan delgadas

Rita recoge sus cosas y se va de tu lado. ¿Adónde? ¿Qué más te da? Tú también desocupa el piso, es de

Mi madre y mi hermana solo me veían como una cartera abierta nunca se molestaron en interesarse por mí.

Hace ya muchos años, en un día que debería haber sido el más feliz de mi vida, ocurrió algo que jamás olvidaré.

Pues cierra mi nevera y vete de aquí se cansó la nuera de las inspecciones constantes de la suegra.

Estoy parada ante la puerta de mi propio hogar en Zaragoza, con la llave que no encaja en la nueva cerradura

Querido diario, Hoy he vuelto a experimentar la fricción constante que se ha convertido en la rutina

Querido diario, ¡Tío, llévame a mi hermanita! gritó la voz temblorosa, casi ahogada por el bullicio de la calle.

Aquí tienes el menú, y que lo tengas listo para las cinco, que no quiero estar yo pegada a los fogones

Escuché en un susurro la conversación de mi marido con su amigo y, en aquel instante, comprendí la verdadera









