Recuerdo aún con claridad cómo regresé a casa antes de lo previsto. ¿Estás en la parada? La voz de mi

La madre de mi esposa es adinerada, nunca necesitaremos trabajar se alegraba mi amigo. Un conocido mío

Él detestaba a su mujer. Detestaba Llevaban juntos quince años. Ni uno más, ni uno menos: quince años

No vayas a deshacer la maleta: te marchas de casa. ¿Qué pasa? pregunta Almudena con tono de mando cuando entra.

Después de veintiún años de matrimonio, una noche mi mujer, Lucía, me soltó: «Tienes que invitar a otra

Marina había decidido que solo nosotros teníamos que mimar a sus hijos. La hermana de mi marido determinó

¡Debería haberme preparado antes para la llegada del bebé! Mi salida del hospital fue bastante peculiar.

Levanté de la cama a mi suegra. Pero estoy enfadado, porque no desbrocé el huerto. ¿Pero qué haces aquí?

¿Y el piso? ¿El del cuarto? preguntó el chico del que tanto había oído hablar. Yo soy la superflua confesó

De mi reflejo en el espejo me devolvía la mirada una mujer hermosa de treinta y cinco años, pero con










