Salió 27 veces y aprendió que el amor ama las sorpresas

Ese año cumplí 31 años, un hombre en la flor de la vida, como suele decirse. Desde los 22 años, justo después de la graduación, había intentado por todos los medios labrarme una carrera. La lógica es clara: arar diez años tan duro como puedas y vivir bien, tranquila y cómodamente. Durante el tiempo que trabajé, sólo tenía trabajo en mi cabeza. ¿De qué tipo de novias y amor podía hablar? De ninguno. Y ahora han pasado los años, tengo mi propio apartamento, una casa de campo, un pequeño negocio y un coche, además del trabajo que me gusta.

Parecería que todo es estupendo. Pero soy un hombre soltero, no tengo novia, ¿y dónde estaría ella? No salgo mucho, no me relaciono con nadie. Pero últimamente mi familia me presiona cada vez más con este tema. Dicen que los años se acercan, que es necesario formar una familia, y no vivir como un soltero. Y mis amigos me dijeron que ya era hora de que tuviera una esposa e hijos. Tontamente, decidí crear una cuenta en varios sitios web y probar suerte en el amor. De todos modos, tuve una cita con 27 chicas en un mes. De hecho, cada día con una nueva. Parecería que al ser tantas las damas que conocí, debería haber encontrado algo de mi agrado. Pero no.

Resultó que todas las chicas eran tan parecidas entre sí que apenas pude soportar a la última. Todas con el mismo aspecto: pelo largo y espeso, pestañas, labios carnosos, y también flacas como abedules. Todas tienen en mente sólo el dinero y los valores materiales, además de ir a diferentes lugares con sus novias. Lo que menos me gustaba era que todas me preguntaban cuánto dinero tenía y si tenía un lugar donde vivir, y cuántas veces al año me iba de vacaciones. Está claro que las señoras perseguían sus propios intereses mercenarios. Pero ¿realmente hay que preguntar a la persona con la que quieres formar una familia? Yo creo que no.

Y no es que las haya elegido sin más. No, al contrario, traté de elegir mujeres que fueran guapas y educadas. Pues bien, a las reuniones acudían estas señoras, que sólo querían dinero. En resumen, me di cuenta de que nunca podría conseguir nada buscando una chica así. El amor siempre surge de la nada cuando no lo esperas.

Y eso es exactamente lo que quiero. Conocer a su dama del corazón cuando llegue el momento, y no buscarse a sí mismo no se sabe qué. Soy un romántico en ese sentido. Y que mi familia diga algo sobre la edad, no importa. Puedo esperar si mi amor viene a mí a los 40 o incluso a los 50.

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