Hace seis meses puse a mi niña en la guardería según la inscripción. Hay una niña que va a su grupo, nadie ha visto a sus padres, su abuela siempre la lleva y la recoge. No tengo nada en contra de que la abuela ayude a criar a su nieta, pero esta niña tortura a todos los niños del grupo.
Los padres se quejan constantemente de que muerde, se pelea y la insulta. Al principio, las profesoras intentaron hablar con esta misma abuela, pero no quiso ni escuchar, se desentendió de ella y se fue.
Cuando mordió la mano de mi hija por segunda vez, no pude soportarlo y decidí tener una charla seria con esta abuela. ¿Y qué le pareció? Fue como el agua de un pato. Empezó a decir que su hija ya tiene dos trabajos para alimentar a la familia, no tiene marido, por lo que la crianza de su hija no tenía tiempo. También añadió que estaba orgullosa de su nieta, que desde muy pequeña se había puesto a masticar para conseguir un lugar mejor bajo el sol.
Me sorprendió que en su familia se fomente ese comportamiento. Me da miedo pensar lo que le pasará a esta niña cuando empiece a crecer, lo que habrá en su cabeza para entonces. No tengo miedo de decir que esta niña es una amenaza para la sociedad. No tiene las normas de la sociedad en su cabeza, no sabe cómo resolver los conflictos sin violencia. Y todo porque no lo ve en casa.
Esta niña ve a una madre soltera y a una abuela en casa, a su madre luchando contra el mundo para conseguir dinero, llegando a casa nerviosa y cansada. Lo entiendo, criar a un hijo sola no es fácil, sobre todo en nuestra sociedad. Pero como es el destino, tienes que responsabilizarte de tu pequeña, para que crezca feliz, sepa relacionarse en sociedad, mostrar sus mejores cualidades, desarrollarse creativamente, etc. ¿Y qué puede hacer una madre que no está involucrada en la crianza de su hijo? No me extrañaría que se posicionara en la sociedad como una “Soy una madre”, mientras exige un trato especial para ella.
Recogemos constantemente dinero para los regalos de los niños del grupo, todos los padres dan a tiempo, pero esta familia no. La abuela dijo enseguida que no daría dinero para los hijos de los demás, así que decidimos como padres que para el cumpleaños de su hija le regalaríamos rotuladores y un cuaderno, y al resto un buen libro y una chocolatina. Deberíais haber sabido el escándalo que nos montó esta abuela cuando era el cumpleaños de su nieta. Nos escandalizó la descortesía hacia nosotros, pero era inútil demostrar nada. Yo no diría que esta abuela o esta chica están mal vestidas, pero hacer un escándalo por dinero en su familia se considera aparentemente la norma.
Estoy cansada de esta familia, no puedo imaginar cómo vamos a seguir dos años más con ella. Y al mismo tiempo entiendo que la niña en sí no es culpable de nada, es sólo una niña. Lo que le meten en la cabeza en casa, lo transmite a la sociedad. Me duele que la mayoría de las madres solteras no sean capaces de criar hijos felices, sólo se quejan de su vida inútil y culpan a todo el mundo de sus problemas. Aunque, las familias monoparentales no son un vicio, ¡la vida no se acaba! Empieza a vivir tu vida de forma diferente, la vida te ha dado la oportunidad de una vida diferente en la que pueden ocurrir cosas maravillosas. No empieces a quejarte de la vida, a quejarte y a ser negativo.
Espero que esta chica se dé cuenta con el tiempo de que ser una marginada no mola, que se pueden resolver los conflictos con palabras y que la comunicación puede ser divertida. Pero por ahora, aparentemente lo es. Esto también es una lección para mi hija, tiene que entender que las personas son diferentes en la vida, a veces tendrás que defender tus límites y alejarte del trato con los que causan daño o incomodidad. He decidido que no me voy a involucrar con esta chica ni con la abuela, no puedo cambiarlas.
También tengo un hijo, está terminando 4o de primaria, en la reunión de padres y profesores hablamos de las vacaciones y los regalos. Tuve suerte con los padres de su clase, todos fueron adecuados, pero sobre todo me gustó una abuela. En la votación de las opciones para el baile, se abstuvo de votar, explicando que sólo los padres del niño, no los abuelos, debían decidir cuestiones tan importantes. Tuvo mucho tacto con la educación de sus hijos, son los padres los que deben ser plenamente responsables de los niños, son ellos los que deben decidir cómo va a ser su baile de graduación.
Y yo estoy de acuerdo con ella. Tenemos hijos para nosotros mismos, no para papá o mamá, y desde luego no para la sociedad. Es una pena que algunas personas no se den cuenta de esto, y resulta lo que veo cada día en el preescolar de mi hija.
