En primer lugar, unas palabras sobre mi hijo. Mi John se graduó en el instituto con una medalla de oro. Entró en la universidad para estudiar historia y al mismo tiempo estudió programación. Ahora tiene éxito y es rico. Es inteligente, la gente le escucha. Pero encontró una esposa que no es muy buena. Es una chica del campo. Nunca ha vivido en la ciudad. Se comporta como una loca. Sus padres son pobres. No tiene dinero, según dicen. No entiendo qué ve él en ella.
Cuando John nos la trajo, pensé que no era nada grave. “Jugará un poco y luego me dejará”, pensé, pero me equivoqué. Se aferró a mi hijo como un cardo, y unos meses después John me dio la terrible noticia: su elegida estaba embarazada.
Estaban ahorrando dinero para un apartamento, así que empezaron a vivir conmigo, y no la soporto. Y fue entonces cuando me prometí que haría todo lo que estuviera en mi mano para echarla de mi casa.
Cuando dio a luz, convencí a mi hijo para que se hiciera una prueba de paternidad. La prueba demostró que mi hijo era efectivamente el padre de su hijo, pero ni siquiera después de eso pude aceptar a mi nieto como mío.
Mi nuera hizo todo lo posible por complacerme. Es comprensible, vive en mi casa. Pero esto la hacía aún más molesta.
Con el tiempo, mi nieto creció y mi nuera estaba a punto de ponerse a trabajar. Cada vez me pedía más ayuda con mi hijo, pero yo me negaba en redondo. Entonces trajo a su madre del pueblo. Cuando vi a esa mujer en mi casa, me enfadé mucho. La eché por la puerta, y esta bruja se quejó a mi hijo. Por la noche, mi hijo me hizo un escándalo.
Al día siguiente, cuando volví del trabajo, me di cuenta de que habían cogido todas sus cosas y se habían alejado de mí. Esta bruja hizo de todo para que mi hijo y yo nos peleáramos. Me quitó lo que tenía más cerca.
No sé cómo, pero haré todo lo posible para traer a mi hijo a casa. No lo dejaré pasar.
